viernes, 31 de agosto de 2007

Jóvenes se benefician con importante proyecto.

DISCIPLINA PARA UN
NUEVO ROSTRO

´Fábrica de Escobas´ busca disminuir la delincuencia en el distrito de Florencia de Mora y contribuir a la reinserción social de jóvenes a través del trabajo.



“Yo soy respetado en mi barrio pero ¿sabes por qué? porque tenía dos fierros, ¿sabes qué es eso verdad?, revólveres pues... y la gente me tenia miedo nadie se metía con mi familia”

Sus ojos rasgados expresaban el ímpetu de un joven rebelde a quien la vida parecía haber castigado con la pobreza pero su mirada también hablaba de esfuerzos y sueños por concretar. A sus diez años David se perfilaba como cotidiano partícipe del agitado submundo de las drogas y el robo, conocidos oficios que lo alimentaban de desdichas y lo alejaban de la satisfacción personal que bien pudo conseguir mediante el trabajo. A sus 16 años el eco de una voz amiga y el apoyo de las instituciones sociales descubrirían para él que sus manos son verdaderamente humanas, que le permiten conseguir tras sueños lo que quiera con esfuerzo propio.

Nace la oportunidad.

En el distrito de Florencia de Mora se ha creado una alternativa que hoy hace frente al elevado índice delincuencial y desadaptación social, una opción con rostro empresarial sensible que alberga jóvenes necesitados también del apoyo de sus autoridades, la “Fábrica de Escobas”. Institución fundada por iniciativa del ex general de la III Dirección Territorial Policial (DIRTEPOL), Octavio Salazar Miranda, quien dejó en manos del coronel Daniel Romero Ibáñez, Jefe de la Unidad de Participación Ciudadana y a la Técnico de Tercera, Charo Rafael Luján la responsabilidad de su ejecución.

Un escaso capital de 400 soles dio inicio a este proyecto el 26 de agosto de 2005. Efectivos de la comisaría de Florencia de Mora reunió a 28 jóvenes de los diferentes barrios de este populoso distrito que brinda asistencia ocupacional a niños y adolescentes así como también asistencia sicológica a la familia del insertado. Esta iniciativa tuvo el respaldo de empresas privadas quienes concretaron la donación de 10 máquinas artesanales tales como cortadoras, guillotinas, huequeadoras y material necesario para la confección de todo tipo de escobas.

Guías en el quehacer

El ex general Octavio Salazar contactó a cuatro maestros carpinteros de la ciudad de Lima para capacitar a los jóvenes en esta actividad que pronto se convirtió en el oficio de sus vidas.

El tiempo transcurría y la acogida a este proyecto se fue fortaleciendo con la llegada de cada vez más niños y adolescentes quienes vieron en su tutora, la suboficial Charo Rafael, un ejemplo de trabajo, respeto a la autoridad y amor al líder: “Recuerdo que al comienzo salíamos a vender con los chicos a las calles, cada uno llevaba 20 escobas, no hay lugar de Trujillo que no hayamos recorrido”

La situación delictiva es de nivel alto en el distrito de Florencia de Mora, a pesar de la acción integrada que desarrolla el Sistema de Seguridad Ciudadana, en la cual es de suma importancia la colaboración de la ciudadanía, destinada a asegurar su convivencia pacífica, la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de las vías y espacios públicos. Del mismo modo, contribuye a la prevención de la comisión de delitos y faltas. No cabe duda que las medidas preventivas son un punto crucial ante los problemas que acechan a la juventud liberteña, sin embargo, ante el hecho concreto traducido en los actos delincuenciales es necesario una solución participativa y de inclusión social.

Es admirable la entrega de aquellas personas colaboradoras con la regeneración de pensamientos y comportamientos de adictos y delincuentes que siembran pánico en las calles así como también de quienes necesitan una oportunidad laboral para sustentarse y no caer en malos hábitos que puedan perjudicar su desarrollo social.

Apoyo a la ´Fábrica´

El benéfico proyecto recibió el apoyo de la actual gestión de la III DIRTEPOL dirigida por el General Carlos León Romero, quien en representación de su institución hizo entrega de una camioneta 4x4 a fin de facilitar la venta a las municipalidades distritales y provinciales de la región para sus áreas de limpieza pública, así como también a universidades de la provincia de Trujillo lo que repercutió en mayores ingresos para la ´fábrica´ y sus jóvenes trabajadores.

El trato que reciben y la familiaridad que se respira al interior de este centro de trabajo es encomiable, lleva muchas veces a olvidar el modesto sueldo que perciben en algunas ocasiones cuando la venta de escobas es baja. Es innegable desde luego que las preocupaciones acrecienten cuando los ingresos disminuyen, sin embargo ellos saben que las necesidades familiares no pueden esperar, lo han vivido, cuando esta situación se presenta, “Charito”, su tutora intercede con ellos, sus consejos y enseñanzas merman poco a poco las ansiedades, los espíritus inquietos y rebeldes de estos muchachos.

“¿Preparaste el arroz?”

“Hoy me tocó la cocina, orden de la técnico, caballero no más”, dice David un poco avergonzado. “Esa es tarea de mujeres mis amigos siempre me han dicho que el hombre no hace labores de la casa…” - ¿Eres machista?, preguntamos - “No sé, a veces le falto el respeto a la Técnico" - ¿Y por qué? - “Bueno yo sé que está mal porque ella nos cuida y nos da consejos”, nos responde.

A pesar de llevar dos años de convivencia y trabajo en la fábrica, David continúa con esa actitud de rebeldía que no le permite asimilar del todo su nueva vida, sin embargo, el afán de quienes se interesan por su mejoría hace que doblegue su carácter y se acostumbre a este nuevo ritmo donde el respeto, la obediencia y el compañerismo son indispensables para tolerar sus comportamientos.

La iniciativa de un ex general no sólo debe quedar en el distrito de Florencia de Mora, debe ser el paradigma de otros pueblos de la región, siendo su motor principal el futuro de la juventud que se pierde por la falta de oportunidades y por el descuido de sus padres. El potencial de estos adolescentes debe ser rescatado por instituciones con la capacidad económica y la responsabilidad social que ameritan estos casos.

Pareciera que las miradas y sonrisas de estos jóvenes construyen una esperanza en quienes pueden extenderles la mano y sentir el verdadero calor humano que sus almas albergan.

“Ahora me siento bien, cuando la gente me saluda siempre me felicita por el trabajo que estoy haciendo; mis padres ahora se sienten orgullosos de mí”, nos contó David y una gran sonrisa se adueña de su trigueño rostro.



Autoras: Mariana Carranza, Saira Luján, Danelia Ocampo, Mariela Rivera y Crist’ Valencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hubiera querido saber más de aquel hombre que cambió su vida, pues los reportajes de carácter humano, sobretodo con un personaje como David, hacen que esa mezcla entre ficción y realidad se convierta en una excelnte historia.