martes, 3 de julio de 2007

La catarsis personal de Pérez –Reverte en “Territorio Comanche”




“En Territorio Comanche, los colores fríos y grises, corresponden a la mirada desesperanzada y lúcida con la que ves la guerra.”(Pérez-Reverte)

Clasificar la novela “Territorio Comanche” dentro de un determinado género no debe ser difícil para quienes están relacionados con el periodismo y para aquellos que no admiten disyuntiva entre literatura y periodismo. “Territorio comanche” es una de las obras propias del último siglo que aparecieron por una necesidad de aproximarse a la realidad, de conocerla, de remover todo su cimiento para comprenderla. Tal vez muchos al socializarse con dicha novela se den con la sorpresa con la que me llevé. Encontrar sarcasmo en un tema tan sensible como es la guerra, pero Pérez-Reverte no nos enseña tan sólo sarcasmo, sino ofrece su catarsis personal, producto de su experiencia como periodista en la prensa española por más de 21 años, especialmente como corresponsal de guerra para la televisión española en diferentes lugares del mundo.

El tema central de la obra se reduce a las experiencias personales de dos enviados especiales de la TV Española en la guerra serbo-croata. El reportero Barlés y el camarógrafo Márquez, dos personalidades distintas pero unidas por un compromiso voluntario: el oficio periodístico. Específicamente la espera del derribamiento del puente de Bijelo Polje que conduce al sector territorio comanche, llamado así por el peligro que representa.”Territorio Comanche es allí donde los oyes crujir bajo tus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están viendo, donde no ves los fusiles pero los fusiles sí te ven a ti”, como diría el mismo autor.

Es loable como el autor realiza la descripción de los cuadros de la guerra, de la muerte y de la destrucción, encarnando por momentos en Márquez cuando a través de su cámara pretende capturar las mejores escenas, las que representen lo que realmente es la guerra. Su obsesión por la muerte, por las formas y caprichos de ésta, describe definitivamente al periodista que sabe lo que tiene que hacer en tales situaciones, así mismo el autor parece estar representado por Barlés, por la agudeza, su odio reprimido por la muerte y su horror ante la destrucción que origina la guerra, su voluntad de ayudar que a veces llega a ser ridiculizada por su compañero Márquez. Esta dialéctica de sentimientos es el sentir común de los que conocen de cerca la calamidad de la guerra y la muerte. Después de todo la novela es un prisma de doble cara por el cual el autor se asoma.

En la novela, el periodismo es de vital importancia para su elaboración, la objetividad, sencillez y claridad con la que se presenta, permite su fácil comprensión esto vendría a ser otra cualidad que se le reconocería al escritor, además de su capacidad de mantener al lector pendiente y al tanto del desarrollo de la trama, debido a su calidad narrativa, especialmente la descriptiva. El empleo del método retrospectivo en la narración; es decir, recurrir a hechos pasados evitan caer en la monotonía del presente.

Podemos observar asimismo ciertas relevancias en el idioma como el lenguaje grosero y vulgar, que es justificado por el contexto en que se emplean, además del uso de la jerga periodística.
El autor simplemente pretende dar un alcance de su experiencia periodística en las guerras, de la experiencia de periodistas, compañeros, de personas que observan a la guerra con horror, sabiendo que nada cambiará, que la guerra seguirá siendo guerra de todas maneras, que aunque la veas desde la televisión o la vivas directamente la misma siempre será. Pero da igual, puesto que definitivamente nunca la experimentaremos si no estamos primero allí para sentirla.


Actualmente, Arturo Pérez-Reverte es miembro activo de la Real Academia de La Lengua Española. Se ha dedicado desde hace algunos años a escribir novelas del tipo “Territorio Comanche”. Los temas de la guerra, los horrores y huellas que deja en las personas que la vivieron, le han servido seguramente para eliminar dolores y experiencias pasadas que aún no ha borrado. Pérez - Reverte reconoce la importancia de la literatura en su vida, sabe que es una catarsis personal, un medio de purificación y seguramente, de comprender experiencias pasadas.

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