Es una novela de no ficción que tiene el mérito de haber hecho coincidir por primera ves en esta obra: la técnica periodística y el estilo literario. Es una historia didáctica que hace uso del narrador omnisciente y nos muestra un tipo de narración subjetiva. Nos narra una historia con lenguaje informal y con un aire humorístico algo negro para la situación en la que se encontraban (según la trama); como es de esperar usa bastante la jerga periodística ya que es, precisamente un periodista, el que nos ha hecho llegar este texto.
obra tiene una trama pequeñita que se desenvuelve en el principio y el final de obra: la búsqueda de una buena imagen con la que reflejen lo que pasa en esa guerra , el resto esta estructurado en historias cortas o anécdotas, que no son mas que vivencias reales del autor mientras fue corresponsal de guerra. En la obra se narra lo que pasa la tarde que los dos amigos de trabajo y posprotagonistas esperaban a que el ejército croata detone el puente Bijelo Polje para capturar la imagen deseada. Según la trama es, en este esperar, en donde se cuentan las anécdotas; historias con las que el autor trata de mostrarnos lo que, no solo, no se muestra, sino, también no se dice, una cara de la guerra que nos es ajena y no precisamente por que uno sea inculto sino porque simplemente no se habla de ella y mucho menos de una forma tan cruda y con tanto realismo como en lo leído en Territorio Comanche.
En esta novela pareciera que el autor quiere hacer que el lector vea, si o si, que la guerra no solo es protocolo o demagogia; porque hay que resaltar que en toda su obra no se habla, en ningún momento, de estos temas y si se menciona alguno de ellos es para hacer notar lo frívolos que pueden llegar ha ser cuando las personas que están “detrás de una guerra, oficialmente,” se acercan al sitio de conflicto para mirar de lejitos como si fueran muñequitos de porcelana al que todo soldado tiene la obligación de cuidar con su vida sin importar los caprichos que esta “autoridad” quisiera hacer mientras esté en dicho lugar (como tomarse fotos con los muertos del lado enemigo, sin importar que para ello se exponga la vida se su tropa ). Cuando el autor relata esto, nos transmite de algún modo, como ven y sienten estas acciones “oficiales” las personas que están en el lugar de guerra y luchan día a día por combatir al enemigo y sobre todo por mantenerse con vida.
El solo hecho de tratarse de la guerra, que es un tema del que poco se habla por su crudeza y no se muestra mucho por no herir susceptibilidades; hace que hasta los mismos compañeros de trabajo crean que no es real todo lo que se esta viendo u oyendo como lo demuestra el autor en una parte su obra; muestra también que para entender una guerra no bastan dos o tres días en el país de conflicto y portarse al siguiente día como un verdadero soldado, o, como gente caritativa haciendo obras a favor de los afectados por la guerra; que si bien es cierto eso no esta mal; pero no lo es todo. Entiendo según la obra que los soldados son afectados fuertemente no sólo físicamente sino que psicológicamente también. Esta gente es usada en el frente como escudo de guerra y aun así muchas veces tienen que someterse a la estupidez de alguno de sus superiores mientras que la gente que quiere figurar se pone tras este escudo humano para hacer alarde de su buen corazón o sus habilidades en tácticas de guerra.
Si bien es cierto que hay maneras de tratar una guerra, es cierto, pero también es cierto que la prepotencia, la altivez y el alarde del dinero no son formas de hacerlo puesto que la gente que sufre la guerra tiene la sensibilidad a flor de piel y gestos o actitudes como los “domingueros de guerra” (como lo llama el autor) son hirientes como vemos no solo para el autor en ese momento sino que también para el resto como es obvio.
viernes, 15 de junio de 2007
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1 comentario:
Trabajo extemporáneo. Reacciona usted demasiado tarde.
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