miércoles, 13 de junio de 2007

Territorio comanche: la novela reportaje de Pérez-Reverte

Por Azucena Benites Aurora
“Territorio Comanche” es más que una novela periodística, es talvez una de las mejores novelas de las dos últimas décadas en el campo del periodismo literario, del tipo novela - reportaje perteneciente al destacado escritor Arturo Pérez - Reverte, actual integrante de la prestigiosa Real Academia Española. La obra grafica de alguna manera una pequeña escena de la guerra que se desarrolló en la ex Yugoslavia, específicamente el derribo de un puente, cerca de “Territorio Comanche”, denominado de esta manera por el peligro que representa para quienes intentan atravesarlo.


Barlés y Márquez, los principales personajes son los dos enviados especiales de la TV Española para cubrir los detalles de la guerra, Barlés el reportero y Márquez el camarógrafo representa la dicotomía tanto física como espiritual, quienes van contando sus anécdotas pasados mientras esperan el derribo de dicho puente.

Pérez-Reverte elaboró esta novela en base a su experiencia periodística desarrollados durante veintiún años en sus trabajos como reportero de televisión durante la guerra serbo - croata. Tiempo después decide dejar el periodismo como oficio y se dedica exclusivamnte a la literatura donde se desarrolla exitosamente.

1994 aparece una de sus novelas de mayor tiraje: “Territorio Comanche”, estructurada en seis capítulos de los cuales; el primero y el último explican realmente la historia, éste es talvez el motivo por el cual la crítica ha hecho mella de dicha producción. A pesar de ello territorio comanche fue llevada al cine en 1997 por el productor español Gerardo Herrero.

Dicha novela, no se le puede evaluar desde el punto de vista literario exclusivamente sino que es necesario observar los acontecimientos reales que esta presenta; y cuya herramienta principal para representarla de manera más objetiva, es pues el periodismo.

Analizando los conceptos filosóficos, no difiere de autores como García Márquez, el interés de abordar temas como la guerra y la muerte.

Lo positivo de la obra es el concepto de la amistad, del sentimiento del amor y deseos extraños como el de Márquez por el puente, sus ganas casi absurdas de jugar y burlarse de la muerte, endurecida por su labor como camarógrafo en escenarios de guerra, su compañero Barlés, quien da la impresión de ser más inteligente y más reflexivo que Márquez, parece estar horrorizado por la guerra. Ésto es lo interesante de la novela, dos puntos de vista por el cual son abarcados dichos temas tan trascendentes.

La técnica del autor es interesante, es un recurso muy manejado por diferentes escritores, “la suspensión”. Es difícil a mi parecer, hacer gustar a los lectores novelas de este tipo, a menos que hayan desarrollado una habilidad que sólo podrían enseñar tantos años de experiencia.

Pérez Reverte utiliza el relato retrospectivo o regresivo, es decir los hechos en preponderancia son de referencia pasada a la de la presencia de los dos periodistas. Otro punto resaltante del autor es la descripción detallada y casi morbosa que desarrolla como la del cadáver en la cuneta o la interesante descripción sobre el sector Territorio Comanche, descrito ambas en el primer capítulo. Las acciones e imágenes son de contenido y criterio absolutamente periodístico, como salidos del lente de una cámara.

Uno de los puntos interesantes en la obra es pues la carga de humor que contiene en un tema tan delicado como es la guerra, hacen creer en la insensibilidad del autor ante la destrucción y el genocidio o es talvez el alma curtida del hombre que ha visto y presenciado sólo calamidad en su oficio. Al meditar acerca de estas cualidades no puedo dejar de pensar en Cela, después de todo ambos son españoles descendientes de una etnia amante de las guerra y el peligro.

Para ciertos críticos, la novela “Territorio Comanche” no es una autobiográfica sino mas bien una obra de ficción, por la extensión del espacio físico en la que se desenvuelven sus personajes principales hacen pensar en la cualidad ficcional de los acontecimientos narrados. Ante todo esto, se puede decir que toda obra literaria es producto de la imaginación pero con ingredientes propios de la realidad.

El autor simplemente socializa sus vivencias y experiencias a través de tan noble actividad como es la literatura.

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