miércoles, 20 de junio de 2007

MUJERES QUE TRABAJAN Y LUCHAN POR SALIR ADELANTE

Teniendo conocimiento que en la ciudad de Trujillo existen mujeres que trabajan;ya sea de ambulantes,amas de casa o realizando labores de varón; para sustentar sus hogares, se tuvo en cuenta tomar sus declaraciones de aquellas que se encuentran en lugares públicos y además sumamente concurridos.

La plaza de armas fue el primer lugar visitado. Cuando ya eran las cinco de la tarde del día quince de Junio;la señora Vicenta Cárdenas Flores nos contó sobre su labor que desempeña: ella es barrendera. Viste un uniforme de color naranja que caracteriza a todo el personal que trabaja en el área de limpieza pública desde hace ya diez meses para la Municipalidad Provincial de Trujillo.

"Yo trabajo sólo ocho horas diarias desde la una de la tarde hasta las nueve de la noche, me paga directamente la municipalidad", nos cuenta doña Vicenta Cárdenas Flores, una mujer de unos 40 años de edad que realiza su labor con mucha dedicación, continúa barriendo para detenerse sólo cuando se le formula algunas preguntas.

Conversamos sobre el trato que recibían los trabajadores cuando les pagaba las services, ella nos comenta que sólo la necesidad la obligaba a continuar, porque le hacía trabajar horas extras las cuales no eran retribuídas. Mientras ella conversa en su rostro se aprecia cierta tristeza que motiva preguntarle sobre su necesidad que le causa tanta congoja.

"Señorita -dice ella- yo tengo dos niños pequeños de siete y diez años de edad que están estudiando y que su padre nos abandonó hace seis años, además mis dos ancianos padres que se encuentran delicados de salud; a todos los cuales tengo que mantenerlos". Cuando ella ya esta terminando de limpiar frente a la catedral, con cierto entusiasmo y voluntad firme nos dice que su único sueño es ver a sus hijos profesionales y cambiar la mala suerte que ahora les acompaña.

La señora Vicenta, habia dicho que antes las services los explotaban; entonces la pregunta era ¿Si ahora se encuentra satisfecha con su salario?, a lo cual ella nos respondió: "Antes me pagaban 400 soles, ahora me pagan 600 soles y además contamos con un seguro de vida; lo único que le pido a Dios es que no me saquen del trabajo. También pedir a las autoridades que apoyen a las mujeres desamparadas".

Lo Impresionante

En el mercado La Hermelinda, entre carretillas, gritos y llamados para comprar sus productos lo que encontramos fue realmente alarmante. El día lunes dieciocho de Junio, muy temprano, en la parte alta donde el mercado tiene frontera con el distrito de Florencia de Mora, cada mañana llegan grandes camiones que descargan frutas, verduras y demás alimentos que van ha venderse en dicho mercado.

La señora Marina Campos se gana unas monedas diariamente ayudando a trasladar la mercadería desde los camiones hasta los determinados puestos. "Tengo que trabajar señorita, nadie me va ha dar el dinero gratis. Soy madre abandonada por un marido borracho, tengo cuatro hijos a quien dar de comer", respondió la señora cuando le interceptamos para preguntarle si el trabajo no le resultaba tan sacrificado.
Doña Marina,cuenta que tiene 42 años de edad y que fue abandonada por el padre de sus hijos hace 3 años; desde entonces trató de buscar trabajo y no lo conseguía, teniendo que resignarse a la labor de descargar grandes sacos de productos alimenticios.
Considerando que una mujer por el mismo hecho de haber tenido hijos y por poseer un organismo menos resistente que de un varón, le preguntamos a la señora Marina si no adolece de alguna enfermedad, ella respondió: "sí, me duele mucho mi útero y mis riñones a tal punto que no puedo ni levantarme de mi cama algunos días. Pero que se va hacer ante la necesidad".
"Cuando descargamos un camión entre cuatro personas, nos pagan seis soles;los días domingos ayudo a descargar unos cuatro o cinco camiones.Despues el resto de días casi no hay trabajo", para decirnos todo esto hizo una pauso a su labor y se cogío la cintura con un gesto de dolor.
Ambas mujeres son seres humanos que merecen una mejor calidad de vida, de tal manera que el trabajo que desempeñen sea bien retribuido y vaya acorde con su estado físico. Como Trujillanos seamos quienes no tengamos la vista gorda ante hechos injustos y riesgosos como el de la señora Marina Campos.Un llamado no sólo a las autoridades locales ,sino, a grandes empresarios que cuentan con puestos de trabajo que pueden contribuir con las mujeres que tienen la buena voluntad de trabajar y poder sacar adelante a su familia.

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