- Allá esta la señora que da los tickets.
- ¿Quien cobra?
- ¿A como esta la papita?
- A un sol.
- ¿Y los picarones?
- A un sol también.
- Deme dos
- Deme uno.
En plena avenida Mansiche al frente del complejo deportivo y estadio del mismo nombre, el negocio de la comida al paso es todo un “boom”, diariamente a partir de las cinco de la tarde llegan comensales de los cuatro puntos cardinales de la eterna ciudad de La Primavera, la atención muchas veces es hasta la media noche e incluso en ciertas ocasiones hasta la madrugada. La primera vez que me convertí en uno de los comensales de “Doña Melva” o del “gordo Micki” sucedió por invitación de un grupo de amigos cuando aún era estudiante preuniversitario.
- ¿Cuanto tienes?, pregunto mi amigo el más adiposo.
- Una luca contesto el de contextura baja.
- ¿y tu?, señaló al tercero.
- Quina monas, respondió el medio blanquiñoso, un poco desalentado
- Entonces hagamos una “chanchita” y vamos a “los agachados” sentenció el más astuto de todos nosotros.
- Una luca contesto el de contextura baja.
- ¿y tu?, señaló al tercero.
- Quina monas, respondió el medio blanquiñoso, un poco desalentado
- Entonces hagamos una “chanchita” y vamos a “los agachados” sentenció el más astuto de todos nosotros.
Teníamos que ir a ese lugar nomas pues andábamos un poco agujas en cuestión de dinero, lo que me intrigaba era el significado del nombre del lugar; cuando llegamos menos entendí lo de “los agachados”. Pedimos dos papas rellenas, y dos picarones; no había mucha gente pues era temprano por lo que nos atendieron rápido. Tenia temor disipar la duda que tenía –lo de los agachados-, pues mis amigos aparte que iban a burlarse pensarían que era un creído y que no suelo ir a ese tipo de lugares –eso fue lo que pensé en ese momento-, y no me anime a preguntarles.
De vez en cuando iba a ese lugar, por los picarones, pero más por las cachangas que me encantan pues hacen recordar mi terruño. El lugar que mas frecuentaba era “Doña Melva”, pero la semana antepasada fuimos con un grupo de amigos luego de un juego de básquet y fulbito al puesto del gordo Micki que está ubicado al otro lado de la Avenida Mansiche a un costado del puesto de Doña Melva; para ese entonces ya sabia porqué el mote del lugar; que no es exclusivo de ese lugar sino de cuanto lugar de comida que se encuentra al paso.
Para ilustrarnos un poco, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española vigésima segunda edición, no se encuentra como tal el término sino más bien como “agachar” que significa: Inclinar o bajar alguna parte del cuerpo, y especialmente la cabeza. “Los agachados”, es por lo de la forma que uno ejerce cuando esta comiendo en plena calle aunque hay muchas personas que creen que se baja la cabeza por vergüenza del lugar donde están comiendo.
A “los agachados de Mansiche” van gente de toda posición social, desde niños que trabajan en las calles por lo accesible del precio hasta personas en lujosos automóviles; además la clientela cada vez va en aumento. Hoy entre las siete y las ocho de la noche los comensales formaban cola, una dos… diez personas y hasta más conté en un determinado momento, pero lo que llamó más mi atención fue que la gente llegaba en vehículos de todo tipo; en un Volkswagen rojo arribó toda una familia hacinada, desde niños de muy corta edad hasta un anciano.
La “cocina” de los puestos de comida, están construida de metal, y funcionan a gas propano, sobre ellas están tres cazuelas con aceite; en ellas se fríen las papas rellenas, las deliciosas cachangas y los picarones… Lo que resulta desagradable, es el aspecto grasoso de las estructuras y el color indescriptible de ellas mismas, los comensales se sientan en bancos de plástico, en sus vehículos –sobre todo los taxistas- o de pie; como dato adicional en “Doña Melva” trabajan ocho “mosos” y en el gordito Micki cinco.
Casi estoy seguro que estos “negocios” deben ser muy rentables, porque no pagan energía eléctrica –usan el alumbrado público- no pagan alquiler de local ni impuesto alguno, peor aún baja policía.
1 comentario:
El titular d ela crónica está bien. Igualmente arrancaste bien con el diálogo, pero después adoptaste la estructura del reportaje.
Revisalo y reestructuralo, quedará mejor.
Luego, edítalo otra vez para el blogs.
Publicar un comentario