lunes, 11 de junio de 2007

¿Dónde?... Territorio Comanche

Por: Deborah Mendocilla Polo

“El suelo de las guerras está siempre cubierto de cristales rotos... ahí donde crujen tus botas y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando...." Territorio Comanche es una novela que nos envuelve con un mundo lejano. Lejano por distancia y por ignorancia. Sí, las guerras son un mundo pocas veces percibidos con la agudeza que Pérez Reverte nos señala.

El autor nos conmueve y a la vez asusta al alma cristiana con una mirada descarnada de la guerra, poco humanista, quizá; donde Márquez y Borles, los protagonistas, no se conduelen con el propio dolor, pero no por insensibles, sino por una simple razón... Son periodistas. Lo único en la guerra, es la guerra misma, no hay más, nada más que la noticia; una mirada cruda, más no irreal.

Reverte desecha de la mente esa típica imagen caritativa que todo ataque bélico refleja, nos muestra el lado más doloroso de la guerra: la indiferencia, y entonces me pregunto ¿Dónde termina mi trabajo y empieza mi ética? o aún buscando consuelo ¿Se puede ser un profesional con ética?, pero aún sin respuesta ¿Qué es la ética, la ética de un periodista?.

Este territorio sin dueño es contado desde la vista de quienes con cámara sobre el hombro, buscan una imagen, la imagen, la vista de aquellos que evitando morir en una explosión cumplen con su trabajo, informar ... "A Márquez no le gustaba que Borles les ayudase a los equipos de rescate por que se metía en cuadro y estropeada el plano", "... "A Márquez las lágrimas no le dejaban enfocar bien, por eso no lloraba nunca cuando sacaban de los escombros niños con la cabeza aplastada..."

La riqueza con la que sus protagonistas y un autor omnisciente cuentan la historia, nos revelan que a pesar de no ser una biografía del autor, quien la escribe supo aprovechar la experiencia de 21 años como corresponsal de guerra y con un amplio bagaje lingüístico entre metáforas, pleonasmos y demás, nos ofrece una novela de fácil comprensión gracias a su coloquial lengua; nos muestra un periodismo de acción, bajo una literatura realmente sabrosa... "Pero los tiros y las bombas hacen bang, zacabum".

Acerca en tales dimensiones al lector-novela, que se asimila la cruda historia como una realidad imaginable, reflexiva y a la vez espantosa; acerca tanto al lector que lo invita a conocer a los periodistas, a las guerras, a nuestra ética. Territorio Comanche es, sin lugar a dudas, una obra, es decir, con nombre propio, una buena obra.

La novela-reportaje es atractiva también, pues utiliza un tipo de narración retrospectiva; mezcla en aquella esfera a los nada cobardes periodistas que esperan la explosión del puente Bijelo Polje, con otros sucesos y experiencias pasadas donde la guerra es el escenario, ofreciéndonos personajes -visitas, recuerdos fugaces, situaciones que entran y salen de la historia central, colmándonos aún más de experiencias de quienes nos informan; muchos periodistas a más de 200 kilómetros; otros como Márquez, y Borles tan cerca, tan cerca que el olor a plomo ya no sólo se siente, sino ya parece penetrar.

Así, como la veracidad de un reportaje se confunde con una bien tramada ficción que invita al lector a observar con mayor agudeza una realidad, y es que aún con personajes imaginarios para Reverte "Territorio Comanche" no perdió la esencia de contar en sus líneas esa tierra de nadie, de contar las vivencias de cientos de periodistas, de narrar posturas momentáneas de políticos, cristianos y demás, demostrándonos sentimientos enfrentados de los maestros de la información, una lucha entre lo profesional y el ser humano de los periodistas.

Las líneas de "Territorio Comanche" fueron recreadas en un suceso aparentemente sin importancia, la espera en el puente Bijelo- desencadena la narración de una historia que retrospectivamente ubica al lector en el punto de partida y llegada… la crueldad de la guerra.

¿Quién sabe donde?...En la guerra. Territorio comanche es una obra rica en forma y fondo; es una pieza periodísticamente valiosa, integralmente reflexiva, adoptada con creatividad, pero sobre todo, una joya de la realidad – ficción, donde la simbiosis periodismo literatura se refuerza.

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