PERIODISMO Y LITERATURA: UN VÍNCULO INSEPARABLE

Existen muchas personas que no le quieren conceder al periodismo rango de literatura y estos consideran que el periodismo no cumple los requisitos que podrían ubicarlo al lado de ésta. Sin embargo, muchos otros jamás le han escatimado al periodismo lo que tiene de literario.

Sabemos que “desde el comienzo de la literatura y el periodismo ha existido un correlato natural entre estos” y prueba de ello es que muchos escritores literatos se desenvuelven en el ámbito del periodismo.

Antiguamente el periodismo era una actividad realizada por escritores, por lo que resultaba inconcebible que se publicaran en la prensa textos escritos sin un estilo atractivo, carentes de un cuidadoso manejo del lenguaje o de estrategias narrativas para ganar la atención del lector.

De no haber sido por la contribución de los llamados “hombres de letras” y escritores, quienes le dieron realce y personalidad a la difusión de los mensajes escritos desde la antiguedad en el periodismo, quizás éste campo no habría logrado tanta incidencia en la conciencia de la colectividad social como llegó a tener.

La prensa ha sido y es recipiente de las diversas creaciones y producciones de los escritores literatos y cada día que pasa más escritores periodistas se dejan envolver en el mundo de la literatura.

Tan inmersa está la literatura en el periodismo que los escritores periodistas utilizan cada vez más técnicas de la narración literaria, sobretodo en el reportaje y el testimonio; mientras que los escritores literatos, a menudo, encuentran recursos sorprendentes en el ámbito del periodismo. Por lo que podemos darnos cuenta la dicotomía realidad – ficción, antes que excluyente, es concurrente y desde hace muchos años es lícito fabular desde la realidad objetiva e inventar realidades con los mecanismos de la ficción, es decir que ahora el escritor literato puede buscar en la realidad la fuente de su verosimitud

De igual manera, no podría hablarse de un Periodismo Literario sin el entrenamiento con el lenguaje, la enseñanza del método investigativo frente a los hechos, el préstamo de algunos procedimientos y formas narrativas que le ha aportado el periodismo a la escritura literaria.

El periodismo literario une las técnicas narrativas con la redacción noticiosa। Desarrolla la destreza de contar historias y aplicarlas en las maneras de narrar la realidad. La crónica, la entrevista y el reportaje pueden aprovechar las herramientas utilizadas en la prosa de ficción para cautivar al lector.

El periodismo es un género literario. Es un arte, más que un oficio si el redactor se plantea escribir literatura de no ficción, aunque tenga la camisa de fuerza de la realidad y la objetividad aparente y aunque persiga la noticia.

Hoy, que los medios impresos pierden fuerza ante la velocidad de sus competidores, se hace necesario desplegar las destrezas de los mejores narradores para atrapar al lector, para que lea hasta la última línea, aunque la crónica, el reportaje o la entrevista de personalidad compita con cientos de titulares.

El Periodismo Literario no ficcionaliza la realidad, sino que la hace aún más real, al apartarse de las convenciones informativas. En el periodismo literario debe haber, por parte del periodista, más inmersión y más compromiso. Además de que debe tener una riqueza narrativa capaz de rozar la literatura, pero sin apartarse de la sencillez y la precisión del estilo periodístico.

Incluso Alejo Carpentier, el escritor cubano, hombre musical si los ha habido, de gran erudición y cultura monumental, no halló razón para separar al periodismo de la literatura, a no ser por cuestiones de estilo: “Para mí, el periodista y el escritor se integran en una sola personalidad... Podríamos definir al periodista como un escritor que trabaja en caliente, que sigue, rastrea el acontecimiento día a día sobre lo vivo. El novelista, para simplificar la dicotomía, es un hombre que trabaja retrospectivamente, contemplando, analizando el acontecimiento, cuando su trayectoria ha llegado a su término. El periodista, digo, trabaja en caliente, trabaja sobre la materia activa y cotidiana. El novelista la contempla en la distancia con la necesaria perspectiva como un acontecer cumplido y terminado”.

Por todo ello no podemos negar la relación constante entre el periodismo y la literatura ya que hay muchos literatos que también practican el periodismo y muchos periodistas que hacen literatura.

En Trujillo con el correr del tiempo se han manifestado diversas élites literarias en la que sus miembros han hecho periodismo। Demostrando que evidentemente también existen periodistas literatos en esta localidad haré una breve referencia a las élites surgidas en Trujillo y manifestadas a traves de medios de prensa que los cobijaron.

Distinguimos , a los grupos La Primavera, Trujillo, Cuadernos Trimestrales, Peña del Mar, y Trilce.

Un ejemplo claro de un medio que no sólo se dedicó a infomar sino también a difundir las producciones de sus integrantes fue “La Primavera”, que no sólo cumplió esa labor sino que se convirtió en el informativo de la actividad cultural peruana e internacional। Entre algunos de los representantes del grupo “La Primavera” tenemos a Eduardo González, Raúl Edmundo Haya y Celso Santelises Márquez.

Otro grupo de literatos fue el “Grupo Norte”, que era un grupo homogéneo y afín de jóvenes intelectuales y artistas anhelosos de decir su mensaje. Conformaban este grupo Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, César Vallejo, Víctor Raúl Haya de la Torre, Alcides Espelucín, Ciro Alegría, y otros.

Dentro del grupo “Cuadernos Trimestrales” tenemos como resaltante figura a Marco Antonio Corcuera, quien en su revista cumplió una eficiente labor difusora del arte, en general, y de la poesía, en particular, dentro y fuera del país। Fue un hombre de prensa especializado y un excelente promotor cultural.

También tenemos a Manuel Jesús Orbegozo, quien perteneció al grupo “Peña del Mar” y que se afincó en el diario El Liberal para practicar la literatura con el pretexto de ejercer el periodismo.

Por último tenemos al grupo “Trilce” en donde encontramos a Teodoro Rivero Ayllón, Manlio Holguín Gómez, Juan Paredes Carbonell y otros más, incursionando estos tres en el periodismo pero sin mermar su produccion literaria.