domingo, 3 de junio de 2007

°°Comanche: un alto a la vida°°

Todos tenemos algún lugar secreto, unos para escondernos; otros, para mirarlo de lejos. En este caso lo arcano se vuelve evidente en un contexto donde todos pisan todo y de todo, y en donde algunos, ajenos a los intereses que se juegan de por medio, lo denominan a su modo, agregándole una pisca de humor y literatura ante incalificables actos, donde lo único que queda es registrarlos para enseñárselos al mundo.
“Territorio Comanche” fue la denominación de aquel lugar peligroso, donde el instinto
delataba la condición de ruinas chamuscadas, cristales rotos y caminos desiertos, ese lugar de la guerra que los corresponsales tenían grabado en la mente y arraigado en los sentidos para dar un alto sin pensarlo, pero con un arma poderosa entre sus manos: una cámara.
La obra de Pérez Reverte es la réplica de la labor de un periodista en el curso de la vida, es la realidad en sí misma con los toques distantes que un reportero hace por tener en la mira la calidad de su trabajo como una copia fiel de los sucesos escalofriantes, temerarios y tiernos, ocurridos en una guerra, todo, por su deber periodístico.
La experiencia del autor en el Diario “El Pueblo” lo llenó de ventajas para su desenvolvimiento en el contexto bélico enviado por la Televisión Española y la producción de la obra en cuestión.
En cada uno de lo párrafos existe una dimensión descriptiva impresionante, que hace uso el lector para poner a rienda suelta su imaginación; cada palabra es un instante de lo ocurrido, un momento de lo sentido y el silencio de la impotencia ante la masacre, que se conjugan en un punto estético con el lenguaje apropiado en las conversaciones de los dos personajes principales de la obra: Márquez y Barlés. Aunque el tipo de lenguaje es de tipo coloquial e incluya aveces, una que otra lisura, no desmerece el trabajo realizado por el autor ya que la situación lo amerita; y mas bien, existe cordura y postura en lo plasmado.
El devenir de las circunstancias hace que el periodista se encuentre inmerso en esferas sociales donde lo complicado se vuelve cotidiano e interesante a sus percepciones y sensaciones, respecto de su trabajo. Este, precisamente, fue el tema a tratar en la producción literaria de Pérez, el trabajo en una situación complicada de la vida, en circunstancias no de un accidente aéreo, no de un choque de trenes; el trabajo de periodistas en una guerra, donde lidian con el humo, la sangre, la desesperación, el llanto, la inconsciencia.
Pero, no sólo expresa ese lado de la escena bélica, sino que se muestra un tanto incomprensible por la actitud de algunos de sus colegas al dar muestra de su altruismo y solidaridad obteniendo como resultado, la muerte. Quizá pueda parecernos un ser insensible y ajeno al sufrimiento de otros, a la desesperanza y a esas miradas perdidas pidiendo respuestas a sus innúmeras cuestiones.
Lo curioso del relato es la ironía y el buen sentido del humor que se entremezclan con la congoja, el terror y la costumbre de tener que filmar a un número indeterminable de muertos, sin contar el momento preciso de los estallidos de la guerra y las bombas. El colorido de esta obra no necesariamente lo da el rojo de la sangre, sino las figuras onomatopéyicas que acompañan al terrible suceso de un accionar enemigo.
Queda clara la intensión de Arturo Pérez Reverte al ofrecer un punto de vista concreto donde lo crucial es la labor, el deber de llevarle a la audiencia, imágenes e información de todo lo ocurrido en la guerra de la ex Yugoslavia; lo netamente periodístico, entonces, colma el ángulo de su óptica subjetiva respecto del contenido de su producción.
“Territorio Comanche”, en suma, es una muestra de lo duro que aveces significa ser reportero y mucho más si le toca enfrentarse cara a cara con una cruda realidad que debe recoger para mostrársela al mundo entero, arriesgando su vida y mirando con una venda de impotencia en los ojos o con un “alto” que se le viene a la mente cuando las ganas de ayudar inundan, tan sólo por una razón: el deber de ser quien es como periodista.

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