martes, 29 de mayo de 2007

EL ÚLTIMO ADIOS Y ETERNA RECORDACION

Han pasado seis horas desde que el silencio se apoderó de la ciudad de la eterna primavera. Sólo se siente el ruido del viento que sopla en una dirección confusa. En verdad no sabía qué es lo que había pasado. El sábado por la mañana la neblina oscureció la ciudad, caían gotas del cielo, en un instante pensé que era un viernes santo; nada de esto fue cierto, lo que había sucedido era la inesperada partida de un gran periodista y maestro por convicción Eduardo Quirós Sánchez.
Una terrible enfermedad había fulminado la vida del destacado hombre de prensa la noche del viernes. Su partida dejó una profunda tristeza y un vacío irreemplazable en el medio periodístico, porque su pasión y trayectoria fructífera le hizo llamar un gran hombre de prensa.
Llegó el domingo de silencio y las banderas fueron izadas a media asta, porque el periodismo nacional estaba de luto.
Que paradójica la vida. Nos trae la muerte cuando uno menos quiere, nos quitó a un ferviente defensor de la libertad de prensa, a un hombre que predicaba que “el periodismo es el primer instrumento de cambio y desarrollo social”.
El lunes último le tocó “el hasta luego” que algunos lo llaman “el último adiós”, al parecer sería conveniente quedarse con el primero porque todos estamos en ese camino y llegaremos a un final que no perdona a nadie.
Este día, familiares, amigos, colegas de trabajo, alumnos, autoridades y personalidades de la ciudad, acompañaron a su última morada y rindieron un homenaje póstumo al maestro de los maestros Dr. Eduardo Quirós Sánchez.
Como era del conocimiento de la ciudadanía, la noticia para esta ceremonia no se hizo esperar, difundieron la mayoría de los medios informativos locales, para sumarse a este dolor tan grande que generó su partida.
Las instituciones a las que él perteneció no se quedaron atrás. Con orgullo lo despidieron en la UPAO y luego el féretro fue trasladado al Colegio de Periodistas entre llanto y dolor de todos sus acompañantes. Pero no sólo estas dos instituciones fueron donde Eduardo Quirós puso su granito de arena, su inteligencia y esfuerzo, sino también en la UNT y el diario La Industria, donde fue columnista de alta genialidad, por tal razón se unieron a este penoso deber.
Cuando el reloj marcaba las 12:30pm. el sol dejó por un instante de alumbrar la tierra, era cuando Quirós Sánchez entraba al sepulcro en el cementerio de Miraflores.
La existencia del hombre se justifica en sus obras y actos, como alguien decía “los hombres vienen y van, pero las obras quedan”; es así que su existencia de Quirós Sánchez es un ejemplo de vida y es el estímulo para seguir mejorando. En la vida de Quirós estuvo entregado a un periodismo activo y comprometido, dejando huella imborrable en muchas redacciones. Asimismo, demostró su capacidad de un verdadero maestro en las aulas universitarias que formó varias generaciones de comunicadores sociales.
Un periodista de convicción dictó clases hasta el último minuto de su vida, pese a los intensos dolores que consumían el cuerpo y el espíritu.
“No olviden ejercer la profesión apegados a la ética y la moral, con responsabilidad y eficiencia. A ustedes les espera grandes retos y deben preparase para afrontarlos”, fueron sus últimas recomendaciones a sus alumnos desde una de las camas del hospital Víctor Lazarte.

Los últimos gritos de sus amigos y acompañantes fueron incontrolables en las inmediaciones del cintado cementerio “Trujillo perdió a uno de sus esclarecidos maestros y auténtico patriarca de los comunicadores. Pasarán de generación en generación, pero nunca olvidarán a este hombre que vivió para dejar sus obras. El último adiós y eterna recordación será por siempre, y permanecerá en las futuras generaciones de comunicadores sociales”.


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