miércoles, 30 de mayo de 2007

EL ETERNO MAESTRO

Eduardo Quirós Sánchez nació en Cajamarca el año 1922, realizó sus estudios superiores en la Universidad Nacional de Trujillo, especialidad de Lengua y Literatura, es en esta ciudad donde pasó el resto de su vida.
Fundador y Decano del Colegio de Periodistas filial La Libertad en el periodo de 1991- 1992. Dedicado al periodismo fue fundador del diario El Liberal, redactor y comentarista en los diarios: La Industria, La Nación y revistas universitarias.
Falleció el 21 de abril en pleno ejercicio de sus funciones como Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Privada Antenor Orrego.

Eduardo Quirós Sánchez falleció el 21 de abril a los 85 años de edad víctima de cáncer al páncreas. Trujillo pierde a un reconocido maestro y periodista entregado a su profesión.

Sin embargo “el flaco”, como solía llamarle su amigo Manuel Jesús Orbegoso, deja su huella en las páginas de diarios, libros, revistas y en la memoria de quienes lo recuerdan con gratitud y dolor aún fresco por su partida.

No tuve el honor de conocerlo personalmente, pero mi admiración y respeto aumentan a medida que escucho hablar de él y reviso alguno de sus libros. ¡Cajamarquino!, digo entre mí, y que honrada me siento al saber que he recorrido tantas veces lugares por los que él seguramente anduvo y observado el mismo azul de nuestro cielo serrano, aunque fuese ya mucho tiempo atrás.

Raúl Rivero Ayllón, ex alumno de Eduardo Quirós lo recuerda con nostalgia y hay en su voz un quiebre casi imperceptible al nombrarlo: “es un honor hablar de él, no del literato o el docente pedagogo, sino del hombre humano fuerte, rígido y exigente pero que nuca se negó a ayudarnos”.

La pérdida de un ser querido: padre, amigo o compañero, es dura y más aún cuando es alguien tan necesario en su entorno. Eduardo Quirós, no solamente consagró su vida a las aulas universitarias como un genuino intelectual, sino también como un orientador de la comunidad, un periodista preocupado por el cambio y desarrolló social.

Recomendaba a sus alumnos “entregarse por completo para que su trabajo sea eficiente y de calidad, apegados a la ética y la moral con responsabilidad y eficiencia”. Tan grande fue la preocupación por la formación de sus alumnos que compartió experiencias y conocimientos, postrado en la camilla del Hospital Víctor lazarte.

En la memoria de sus amigos y familiares queda el recuerdo de una persona sensible, solidaria, humana; como docente un hombre muy íntegro, dedicado al trabajo; un ser siempre humilde “como el hombre que vino del ande”

Al lado del ataúd donde descansa para siempre Eduardo Quirós soy testigo del enorme cariño que le guardan aquellos que conocieron al renombrado periodista y docente, pero también es inevitable no sentir su angustia.

Entre reconocimientos, meritos y flores blancas se esparcen lágrimas y palabras de despedida: “hasta pronto amigo, maestro, compañero”, le dice un ex alumno, observo sus ojos enrojecidos, sin embargo su voz es firme y el tiempo es corto para expresarle su estima y agradecimiento.

Lo veo partir y sin querer registro en mi cámara fotográfica, las ultimas escenas de un triste acontecimiento. Ya la tierra cubre su cuerpo, Eduardo Quirós descansa en paz, pero sus conocimientos se han inmortalizado.

La labor de un maestro nunca termina los nombres y recuerdos se borrarán con el tiempo pero las palabras portadoras de sabiduría se transmiten de una vida a otra. ¡La tarea aún no termina maestro Quirós!, porque ¡“la muerte es solo el comienzo”!

martes, 29 de mayo de 2007

EL DATO INTRÍNSECO DE LAS ELITES LITERARIAS EN TRUJILLO

Disculpad mi ignorancia, pero yo desconocía la existencia de elites literarias como La Primavera, Peña del Mar, Trilce, etc. en mi ciudad natal Trujillo, aunque por ahí alguna vez escuché que la señora Martha Lamela Ríos participó en un gremio feminista. Pero, ¿por qué seguir separando la humanidad por su género? Ellas lo que piden es equidad social, demostrar que las mujeres también son buenas en el “negocio literario y periodístico”, pero con un movimiento feminista acentúan las diferencias sociales de género. No estoy en contra de la superación cognitiva femenina. Pensar así me convertiría en un tirano de la edad media. Pero llevar lo que se reclama como justo a lo opuesto es caer en lo mismo.

Pienso que es propio de nuestra historia el hecho de que el hombre haya desplazado a la mujer en su realización personal, cultural, intelectual, etc. –la lista es larga–. Ello está reflejado en cada momento vivido de nuestros antepasados y que–desgraciadamente– aun se vive en la actualidad. Al percatarme que, en un comienzo, la participación de la mujer en las elites que emergieron el siglo pasado en Trujillo es escasa, me vino a la mente una tesis: los escritores solo buscaban su desarrollo personal, exhibir su habilidad con la pluma y vanagloriarse de ello, sin percatarse que existía en la sociedad un potencial dominado por el género.

Muchas personas podrían decir que en esas elites existieron muchos literatos varones con una integridad indiscutible, dignos del nivel de cognición que portaron y supieron plasmar en sus obras. Pero ¿por qué no usaron esa sabiduría para dar un vuelco total al pensamiento radical que imperaba en la sociedad, en el que a la mujer sólo se le designaban quehaceres domésticos? Claro que esto dependió del interés que tomó a la mujer ser integrante de una de las elites –como algunas de la
s que las integraron–, aunque también ello desemboca en que los literatos varones debían cambiar la concepción que ellas tenían sobre sí mismas y sobre sus posibilidades frente a la sociedad.

Pero, ¿por qué habrían ellos de preocuparse por el desarrollo femenino? Porque la sociedad necesita de información imparcial para desarrollarse con normalidad, conocimientos que no solo se traten desde la perspectiva varonil, lo cual traería como consecuencia una falange de mujeres dispuestas también a cambiar la humanidad y hacerla despertar de su ignorancia.

En el campo periodístico, en dichas elites y fuera de ellas, la mujer no ha sido merecedora a ningún rol protagónico. ¿A que se debe eso? Me hace pensar que muchos de los líderes de opinión del momento pensaron que la mujer no contaría con las aptitudes necesarias para apropiarse del tremendo rol social que un periodista posee. Eso es muy negativo, ya que reprime a muchas mujeres a realizarse, mujeres que, viendo como las elites masculinas se yerguen ante ellas, se ven opacadas ante la ola de obras producidas por mentes de “la oposición”.

¿Es que acaso considerarlas insulsamente como el “sexo débil” es también tildarlas de débiles de mente? Ninguna mujer es verdaderamente “incapaz” de generar algún tipo de conocimiento si se ha desarrollado intelectualmente en las mismas condiciones que un varón. Lo que pasa es que en siglo pasado no se le ha dado a la mujer la oportunidad de presentarse a la sociedad como una persona solvente, una persona que puede lograr las mismas metas que un hombre se traza ¿Qué hubiese pasado si el matriarcado hubiera persistido en el desarrollo evolutivo de las sociedades? Ya estuviésemos formando gremios con el objetivo de lograr la equidad, o tal vez ni la formásemos por miedo al supremo castigo femenino.

Ahora, a pesar que todos sabemos que hombres y mujeres tienen los mismos derechos en la sociedad, la represión cognitiva de la mujer aún continúa, aunque en menor escala. Se nota la presencia de la mujer en cargos públicos, tiene ya voz propia en política. A pesar de ello, se necesita de una presencia más notoria de la mujer en el periodismo y la literatura, más mujeres líderes en busca del equilibrio social.

Si periodismo y literatura se complementan, lo mismo debe suceder con el varón y la mujer. Una mutua exposición de conocimientos intercambiados para el bien del desarrollo social. Lo ideal es que las diferencias entre hombre y mujer desaparezcan, –me refiero al aspecto cognitivo por si alguien empieza a extrañarse–, y considerándoseles como una sola especie que presenta un mismo nivel de raciocinio.

Bueno, podría haber desarrollado un comentario respecto al que la buena escritura sería un “deicidio” porque el hombre mata la realidad que es creación divina ¿y la biblia? ¿Cómo saber que es verdad o mentira lo que allí se profesa? ¿y si fuese todo eso mentira? ¿Estarían atentando contra la creación divina de la realidad? Con ello, hubiese dado a conocer mi postura agnóstica al hacer los comentarios respectivos a partir de un solo párrafo presente en el tema de las elites literarias, pero estoy seguro que ninguno ha tocado el tema observando el nivel de represión cognitiva femenina que existió en las elites y que aun persiste, represión que debe desaparecer con prontitud de nuestra sociedad si queremos que el desarrollo ilumine nuestro entorno. Pensemos en que no quisiéramos que dicha represión caiga sobre nuestras madres, hermanas o hijas. Esperemos que no. Menos mal que –en busca de la equidad– un comentario como este no fue escrito por una mujer.

TERRITORIO COMANCHE: LO VERDADERO Y LO INHUMANO


La novela “
Territorio Comanche” escrita por Arturo Pérez-Reverte es una obra que refleja crudamente el ámbito en el cual se desempeña un corresponsal de guerra. Pérez-Reverte ha sabido representar a través de la historia que viven los dos protagonistas de la obra, Márquez y Barlés, parte de su experiencia como corresponsal de guerra, en donde la vida es arrebatada con facilidad a cuanta persona sea partícipe de tan inhumana –o tal vez ya muy humana– carnicería.

En la obra, la guerra se presenta como un suceso más en la vida profesional de los protagonistas quienes, acostumbrados a tanto horror y tanta sangre, se adhieren a ella con el único fin de conseguir una buena toma que refleje la agresividad del conflicto. Pero esa adhesión a tan sanguinario momento de la existencia humana no es fácil. En la obra se anota como Márquez es un periodista que reprime su sensibilidad por su trabajo al ver la imagen aterradora de niños sin vida: “…A Márquez las lágrimas no le dejaban enfocar bien, por eso no lloraba nunca cuando sacaban de los escombros niños con la cabeza aplastada, aunque después pasara horas sentado en un rincón, sin abrir la boca…”.

A pesar de ese detalle en la obra, se advierte en varias oportunidades como es que la sensibilidad de un corresponsal de guerra se va opacando con sólo el propósito de sacarse una buena toma: “…A Márquez no le gustaba que Barlés ayudase a los equipos de rescate porque se metía en cuadro y estropeaba el plano…” O sea que, en una guerra, el corresponsal debe de interesarse más por los encuadres que logre que por la ayuda que pueda brindar en ella. Pero tratar esos detalles sería entrar en el terreno lodoso de la ética y la objetividad.

En la obra “Territorio Comanche” también se advierte cómo es que los corresponsales de guerra, Márquez y Barlés, toman a esta profesión como una parte feliz en su vida: “…les gustaba
trabajar juntos. Ambos compartían el gusto por aquella forma de vida, y cierto sentido del humor rudo, introvertido y acre”. También se hace notar que los protagonistas toman al fallecimiento de una persona como un hecho risible del cual uno puede burlarse y crear humor: “…El soldado muerto… era bien parecido, igual que un actor de cine, y lo apodaron Sexsymbol…”, “…y 52 cadáveres puestos en fila hacen una fila muy larga… Barlés soltó una risita atravesada y lúgrube, para sus adentros”

Se advierte también en Barlés, uno de los periodistas protagonistas de la obra, que el hecho de haber participado de corresponsal en varias guerras lo ha trastornado y alterado en su visión real de lo que pasa “…Por un momento los imaginó rompiendo tabiques para huir de una casa a otra, arrastrando los heridos que dejaban rastros de sangre sobre el yeso desmenuzado y los escombros del suelo…”

En cierta forma, “Territorio Comanche”, aparte de dar al lector una clara visión de lo que realmente es la guerra, muestra también la insensibilidad, o mejor dicho, la sensibilidad reprimida que el corresponsal de guerra adquiere. También nos dice indirectamente que, mientras el hombre exista, siempre habrá guerra, porque el hombre es un ser político y la guerra es producto de ella. No existe guerra sin un fin político. Los hombres siempre se matarán entre sí, y lo que tiene que informar un corresponsal de guerra es el porqué de esa guerra, cómo sucedió y qué solución se le daría, y no caer en el sensacionalismo, en sólo llevar al medio en que se labora “imágenes” horribles con el fin de vender más. Y esto es lo que en “Territorio Comanche” se presenta, el interés de los protagonistas de sólo buscar una buena toma para complacer a los empresarios de los medios a los cuales pertenecen.

Para mí, “Territorio Comanche” es una buena obra en el sentido didáctico, porque hace conocer verdaderamente lo que un corresponsal de guerra vive ejerciendo su profesión, arriesgando cada segundo su vida con el fin de informar a la gente lo que sucede en un conflicto, pero muestra como dicha guerra los va insensibilizando y apartando de su humanidad.

EL ÚLTIMO ADIOS Y ETERNA RECORDACION

Han pasado seis horas desde que el silencio se apoderó de la ciudad de la eterna primavera. Sólo se siente el ruido del viento que sopla en una dirección confusa. En verdad no sabía qué es lo que había pasado. El sábado por la mañana la neblina oscureció la ciudad, caían gotas del cielo, en un instante pensé que era un viernes santo; nada de esto fue cierto, lo que había sucedido era la inesperada partida de un gran periodista y maestro por convicción Eduardo Quirós Sánchez.
Una terrible enfermedad había fulminado la vida del destacado hombre de prensa la noche del viernes. Su partida dejó una profunda tristeza y un vacío irreemplazable en el medio periodístico, porque su pasión y trayectoria fructífera le hizo llamar un gran hombre de prensa.
Llegó el domingo de silencio y las banderas fueron izadas a media asta, porque el periodismo nacional estaba de luto.
Que paradójica la vida. Nos trae la muerte cuando uno menos quiere, nos quitó a un ferviente defensor de la libertad de prensa, a un hombre que predicaba que “el periodismo es el primer instrumento de cambio y desarrollo social”.
El lunes último le tocó “el hasta luego” que algunos lo llaman “el último adiós”, al parecer sería conveniente quedarse con el primero porque todos estamos en ese camino y llegaremos a un final que no perdona a nadie.
Este día, familiares, amigos, colegas de trabajo, alumnos, autoridades y personalidades de la ciudad, acompañaron a su última morada y rindieron un homenaje póstumo al maestro de los maestros Dr. Eduardo Quirós Sánchez.
Como era del conocimiento de la ciudadanía, la noticia para esta ceremonia no se hizo esperar, difundieron la mayoría de los medios informativos locales, para sumarse a este dolor tan grande que generó su partida.
Las instituciones a las que él perteneció no se quedaron atrás. Con orgullo lo despidieron en la UPAO y luego el féretro fue trasladado al Colegio de Periodistas entre llanto y dolor de todos sus acompañantes. Pero no sólo estas dos instituciones fueron donde Eduardo Quirós puso su granito de arena, su inteligencia y esfuerzo, sino también en la UNT y el diario La Industria, donde fue columnista de alta genialidad, por tal razón se unieron a este penoso deber.
Cuando el reloj marcaba las 12:30pm. el sol dejó por un instante de alumbrar la tierra, era cuando Quirós Sánchez entraba al sepulcro en el cementerio de Miraflores.
La existencia del hombre se justifica en sus obras y actos, como alguien decía “los hombres vienen y van, pero las obras quedan”; es así que su existencia de Quirós Sánchez es un ejemplo de vida y es el estímulo para seguir mejorando. En la vida de Quirós estuvo entregado a un periodismo activo y comprometido, dejando huella imborrable en muchas redacciones. Asimismo, demostró su capacidad de un verdadero maestro en las aulas universitarias que formó varias generaciones de comunicadores sociales.
Un periodista de convicción dictó clases hasta el último minuto de su vida, pese a los intensos dolores que consumían el cuerpo y el espíritu.
“No olviden ejercer la profesión apegados a la ética y la moral, con responsabilidad y eficiencia. A ustedes les espera grandes retos y deben preparase para afrontarlos”, fueron sus últimas recomendaciones a sus alumnos desde una de las camas del hospital Víctor Lazarte.

Los últimos gritos de sus amigos y acompañantes fueron incontrolables en las inmediaciones del cintado cementerio “Trujillo perdió a uno de sus esclarecidos maestros y auténtico patriarca de los comunicadores. Pasarán de generación en generación, pero nunca olvidarán a este hombre que vivió para dejar sus obras. El último adiós y eterna recordación será por siempre, y permanecerá en las futuras generaciones de comunicadores sociales”.


ÉLITES LITERARIAS Y PERIODISMO EN TRUJILLO

Las élites literarias formadas y manifestadas en Trujillo a través de los medios de prensa que los cobijaron, tuvieron espontáneas agrupaciones, casi sin paradigmas y sobrevivieron en un ambiente tormentoso, en medio de la avalancha alienante de una tecnología deshumanizante, sobreponiéndose a puño limpio contra esta adversidad.
En estas circunstancias los denominados medios de información y manipuladora de conciencia social, cada vez se mostraban menos dispuestos a incentivar a los intelectuales dedicados a prácticas culturales.
La difusión de las obras de creación artística particularmente de los escritores literatos tropezaron y fueron opacados que se vieron en un problema que nunca favoreció el desarrollo intelectual creativo.
Es más, la falta de una política cultural del gobierno y la omisión al deber legal de la investigación y creatividad como requisito indispensable para el ejercicio de la cátedra, constituyeron vallas coadyuvantes y obstáculos para no realizar el quehacer cultural.
En las décadas 50 y 60 estos personajes, hoy conocidos por algunos como “cholos baratos”, alcanzaron su máximo auge pese a las circunstancias difíciles que repercutieron sus labores diarias.
Si revisamos la historia detenidamente, las élites literarias surgidas en nuestra ciudad durante este periodo, fueron muy distinguidas con nitidez, algunos grupos como: La Primavera, Peña del Mar, Trujillo, Cuadernos Trimestrales, Trilce y Aramauta aunque no fueron los únicos.
El quincenario La Primavera, conocido como “órgano literario de la juventud de Trujillo”, salió en los años 1887, en sus páginas informaba sobre acontecimientos políticos institucionales y sociales de su actualidad. Cumplió dinámica labor de difusión de la producción literaria. Su aparición sobre los escombros aún humeantes de la Guerra del Pacífico en la que alguno de los integrantes del grupo cumplió rol protagónico, signó su espíritu patriótico. Su desaparición fue presuntamente por falta de papel, ya que la ciudad de Trujillo estuvo azotado por diversos estragos que repercutieron en su desarrollo.
Posteriormente hacia 1923, emerge el grupo Norte, era una constelación brillante, un grupo homogéneo y afín de jóvenes intelectuales y artistas anhelosos de decir su mensaje. Antenor Orrego era uno de los integrantes, un genial filósofo y acertado crítico de arte.
Tocó a esta joven generación librar heroica campaña contra todo lo que significara domesticidad, rutina, obsecuencia servil. Cuando César Vallejo publica su poemario Los Heraldos Negros, había nacido una revolucionaria poesía en nuestro país, marcó el ingreso triunfal del grupo en la historia literaria de América y el mundo.
Luego nace la revista especializada Cuadernos Trimestrales de poesía. Cumplió eficiente labor defensora del arte, en general, y de la poesía en particular, dentro y fuera del país.
Posteriormente aparece el grupo Peña del Mar por la voluntad de jóvenes enamorados de la literatura, amistad y la vida.
En 1958 se ideó el Grupo Trilce, la mayoría de los integrantes eran estudiantes de la UNT, que políticamente estaban muy cerca al aprismo. Las puertas de Trilce se abrieron para la generación de artistas jóvenes del momento, entre ellos algunos marxistas y admiradores de la Revolución Cubana.
No todos los trilcistas incursionaron en el periodismo.
Finalmente en 1969 fue concebido el Grupo Aramauta como un tufillo antivallejiano.
En este contexto era notorio la existencia de un correlato natural entre el periodismo y la literatura, la prensa fue recipiente de la creatividad de los literatos. En nuestra actualidad se conoce como periodismo literario.
Básicamente la relación periodismo-literatura es expresión de una hermandad natural en la historia. Los escritores periodistas, utilizan cada vez mayor las técnicas de la narración literaria para producir sus trabajos, en tanto los escritores literatos a menudo se ayudan del ámbito periodismo.
Esta relación es muy visible en los personajes de alta trayectoria Periodística - Literaria, como García Márquez. Claro, que por cierto no se considera un crimen que el escritor literato sin romper con el expediente de la ficción busque en la realidad la fuente de su verosimilitud.
Por otro lado el contacto entre la literatura y el periodismo, es sumamente profundo, bien podría expresarse que el verdadero mensaje periodístico debería ser como el producto literario, una obra maestra de arte.
Todo esto conlleva a una fuerte convicción de que la mejor arma para que la prensa particularmente el medio escrito prevalezca, está en su calificación estética y afirmación de la credibilidad.
En los últimos tiempos el problema no solo radica en la poca elección y dedicación que le prestan las autoridades y la sociedad para contribuir con los amantes de estética y la investigación, sino la preocupación actual es también por baja calidad académica, el descuido del conocimiento científico, el estatus cultural que no ha experimentado mejora alguna.
La principal causa es fundamentalmente la excesiva proliferación de las universidades privadas, que nacen como entidades con fines puramente lucrativos, y con infinidad de limitaciones académicas que no conducen al desarrollo a muchos educando de esta materia.
En este contexto palpable, por supuesto la inclinación por esta disciplina es severamente minoritaria y deficiente.
Nuestra región y en particular la ciudad de Trujillo lleva como emblema “cuna de la cultura”, este apelativo es un triste recuerdo que sólo ha quedado en el pasado inolvidable. Si César Vallejo, Ciro Alegría, Sánchez Carrión y Antenor Orrego estarían presentes, quizás se sorprenderían de la realidad que viene atravesando los jóvenes de hoy.
Han pasado cinco décadas, desde que estos grupos dejaron iluminar el mundo cálido del norte. Con sus enormes trabajos literarios, quienes dejaron como ejemplo, para las nuevas generaciones venideras. Hoy sólo se observa un minúsculo grupito, vale decir, apenas existentes con alto riesgo por desaparecerse.
El asunto sustancial para resolver una posible baja a esta identidad que forma parte de una riqueza milenaria en la producción literaria es creando nuevos espacios con mayores posibilidades para instruir. Brindar una buena orientación a la juventud para que no dejen de inspirar por los temas culturales, tomando como un paradigma.
Por consiguiente, es momento que autoridades y sociedad en su conjunto cambien el panorama y las expectativas de los escritores literatos y escritores periodistas para recuperar el terreno de nuestras raíces para seguir produciendo los trabajos de arte e investigación.

lunes, 28 de mayo de 2007

Perdimos a un Maestro

“Trujillo pierde a uno de sus esclarecidos maestros y auténtico patriarca de los comunicadores” fueron las palabras que Alfredo Valle Riestra Ponce de León, actual Decano del Colegio de Periodistas del Perú filial de La Libertad, pronunció en el homenaje póstumo que ofreció la institución al brillante periodista y destacado catedrático Don Eduardo Quirós Sánchez que acaeció el día sábado 21 de abril en esta cuidad, víctima de cáncer de páncreas.

La penosa noticia llegó a mis oídos, el lunes 23 de abril, el día de su entierro. Temiendo ya no encontrar información, corrí al puesto de periódicos más cercano y luego a la hemeroteca de mi casa de estudios para agenciarme del tema. Lo primero que quería saber es ¿Quién era Eduardo Quirós Sánchez? y ¿Qué hizo? Deseaba saber por que es tan querido y recordado por muchos profesionales y amigos.

Era cajamarquino, pero eso no fue impedimento para que fuera condecorado con la Medalla de la Cuidad en condición de “Vecino Ilustre”. Y es que el maestro Eduardo Quirós Sánchez estaba muy identificado con Trujillo. Leyendo cuanto periódico obtuve, me enteraba que, desde su formación en la Universidad Nacional de Trujillo, supo destacar como alumno de la entonces Facultad de Letras y Pedagogía, sin presagiar que años más tarde sería distinguido como profesor Emérito de la casa de estudios que lo formó.

Siguiendo con mi entusiasmada lectura, en cada noticia resaltaban su pasión por el periodismo, en la que se desempeño en como muchos y destacó como pocos. Prueba de ello fue su paso por algunos diarios liberteños como “La Gaceta”,”La Industria” y el vespertino “Satélite”. Y por si esto fuera poco, fue colegiado y Past Decano del Colegio de Periodistas del Perú filial de La Libertad en el periodo de 1991-1992. ¿Y ello por qué? “Porque gracias a sus efectivas gestiones, el Municipio donó el terreno para edificar el local institucional del Colegio. Además, fue durante su periodo que se coloco la primera piedra y se construyo gran parte del local”, me comentó uno de los tantos docentes que lamentaban su partida.

Sus colegas y alumnos, presentes en su partida, tienen el deber de asegurar que sus conocimientos y enseñanzas no quedaran en el olvido, impresos en la mente de cada uno de ellos y en el papel, porque Eduardo Quirós Sánchez, además de maestro y periodista, fue un persistente escritor. Prueba de ello son los libros que dejó “Los males del Periodismo”, “Patología del Periodismo”, “Ortografía Básica” entre otros.

En el homenaje que las instituciones le brindaron como la que se dio en la Universidad Particular “Antenor Orrego”, al igual que en los diarios que leí, destacaron la persona de Eduardo Quirós como un ser inteligente, humilde, culto, solidario, sencillo, bueno, puntual, estricto, ordenado, disciplinado y amigo entrañable. Es así como lo recuerdan las personas que tuvieron el dicha de conocerlo de cerca aquellos afortunados que lo acompañaron en sus distintas etapas de su vida. Es por eso que su sensible fallecimiento enlutó no sólo a su familia sino también a la comunidad trujillana. Observando el multitudinario adiós que le brindan a este personaje icono del periodismo liberteño, me doy cuenta que Eduardo Quirós Sánchez supo ganarse a pulso el reconocimiento y respeto de sus colegas, amigos y alumnos. Por esas coincidencias de la vida el cuerpo del maestro y periodista sepultado el día del idioma en el cementerio Miraflores.

Eduardo Quirós Sánchez dejo de existir físicamente a los 83 años pero mientras sea recordado por los seres que lo amaron o sea evocado en alguna clase universitaria, estará vivo, por que el recuerdo vuelve inmortales a las personas.

LOS MOMENTOS PRECISOS DE UNA GUERRA


Arturo Pérez Reverte, realiza un gran trabajo al presentar su obra maestra “Territorio Comanche”, pues encuentra coincidencias entre la literatura y el periodismo; aunque él fue quien lo hizo por primera vez. Se sabe que ambos mundos nunca habían estado desligados pues una persistente y natural vinculación los crean ya que son tareas paralelas.
“Territorio Comanche”, una obra maestra por todo su contenido, no solamente está en el bagaje cultural que intenta hacer comprender el autor, pues su lenguaje no es difícil de interpretar.
Pérez Reverte en esta obra no por ser uno de los principales protagonistas hizo de ésta una biografía sino más bien intento que el mundo de gentes que no se encontraron en ese lugar lo viviesen tan solamente con leerlo, interactuando en la historia. Y luego cuando ésta pasó a la cinematografía fue aún más increíble por la excelente adaptación tanto de escenario como los protagonistas.
Ser parte de un acontecimiento tan impresionante como lo es el estar en la guerra no significa que la narración se hará de la manera tan cruda como se este viviendo sino mas bien tratar de llevarlo al fantástico mundo de la ficción en donde esta permitido jugar incluso con la misma muerte.
Aunque no es bueno jugar con los sentimientos pues se puede herir la sensibilidad del lector; el autor lo utiliza como herramienta de recreación en la historia.
En una guerra no siempre nos encontramos con los terribles sentimientos de dolor, muerte, desesperación si no que también debemos ver el lado humano que aun esta latiendo con la esperanza de los sobrevivientes.
Pérez Reverte se inicia como escritor en un diario aún jovenzuelo y sin sentir ningún temor por perder la vida se adentraba en los países africanos en conflicto para luego redactar sus noticias pues éste llegaba con un amplio y repleto material. Después de esto pasa a ser corresponsal de guerra para televisión española; es así como llega a cubrir la Guerra Yugoslava. Por esos años se inicia como escritor de buenas novelas gracias al conocimiento que adquirió en los diferentes escenarios bélicos.
Para el autor, relatar sus experiencias era hacer que la gente conozca de la frialdad con amor y la crudeza como una esperanza de seguir viviendo tanto es así que él se toma el poder de jugar con las escenas que acarreaban con la muerte.
Pérez Reverte llegó a ser un gran escritor que simplemente dejo el micro y el chaleco antibalas para dedicarse al apasionante mundo de las letras; su máximo logro fue la obra maestra “Territorio Comanche”, pues aquí no sólo conocemos de su trabajo sino que llegamos a entender lo que sintió. O “lo conocimos a él”.
Es una obra dura. Refleja como pocos libros las penurias de la guerra, de las sinrazones de los que toman las armas para alzarse por la fuerza con una razón que no tienen. Nos enseña que la vida, algo que nosotros no tenemos en cuenta, es el mejor de los tesoros. Que nada es más importante que la supervivencia. Y todo se ameniza desde los ojos de los que son testigos siempre de la barbarie de los pueblos: los reporteros de guerra.
Es posible que tras leer este libro más de uno se de cuenta del valor incalculable del trabajo que estos profesionales realizan en los frentes de batalla. Frentes que no son suyos, pero en los que muchas veces dejan sus vidas. Y todo por ofrecer siempre la noticia allá donde esté, sin importar los riesgos que se corren por obtenerla.
Sin duda Territorio Comanche nos llenará de emoción. Seréis testigos directos de los avatares que un periodista sufre en territorio hostil. Pero sobre todo aprenderéis a valorar la suerte que tenemos de vivir en países donde las armas nos quedan lejos. Porque la impotencia de ver morir a las personas sin poder hacer nada para remediarlo debe ser algo horrible. Y este libro es fiel reflejo del sufrimiento que la gente tiene en esas situaciones.
Territorio Comanche es un libro que no puede dejar de ser leído. Pues el autor nos muestra que el suspenso es la mejor herramienta para conseguir la atención del lector.

Eduardo Quirós Sánchez: Maestro con todas sus letras

Este último fin de semana le toco partir al maestro Eduardo Quirós, quien deja un enorme vacío tanto para su familia y amigos como para sus discípulos que son algo más de cinco generaciones, a las que impartió sus conocimientos tanto en el campo intelectual como en lo espiritual.
Cada una de las personas que tuvieron el privilegio de conocerlo ahora quedan muy sentidas pues ya no tendrán más al amigo que siempre tenían, un consejo que impartir, al compañero que siempre mostraba una salida, al padre y esposo quien con ternura enseñaba , corregía los problemas y dificultades que nunca faltan.
El día del sepelio uno de sus compañeros de colegio dijo: Eduardo solo nos lleva la delantera, pues a todos nos tocara llegar a nuestro destino; nadie es eterno, aunque en este mundo existan muchas desigualdades, una tumba nos hace iguales…. chicos y grandes, pobres y ricos, al final, todos partiremos.
El maestro no era trujillano neto, el había llegado a muy temprana edad, con el único pensamiento de alcanzar su sueño, de ser alguien en esta vida, siempre perseguía una meta, nunca asimilaba en dar un paso atrás, luchaba por lo que quería, un ejemplo de humildad, pues cada logro alcanzado era un motivo mas para seguir luchando.
Quirós fue un amante apasionado del mundo de las letras, motivo cual que lo llevo a ejercer la profesión del Periodismo en diferentes diarios que existieron en Trujillo: “La Gaceta”, “La Industria” y “Satélite”, en este último diario, Quirós al realizar sus comentarios acostumbraba usar como seudónimo “Equis”, el cual no era como un disfraz donde se escondía, sino mas bien un medio para un ufanarse del buen trabajo que realizaba.
El Maestro logro muchas cosas, siendo estas un ejemplo, y solo para muestra están: fue Profesor del curso de castellano y Literatura en la Universidad Nacional de Trujillo, donde llego a jubilarse, como tal, fue distinguido como Profesor Emerito.
Posteriormente por su innata vocación a la educación y vasta experiencia en el campo periodístico, brindo sus enseñanzas en la Universidad Privada “Antenor Orrego”, en la cual fue designado Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación hasta sus últimos días.
También cabe mencionar su producción literaria, la cual queda como guía para los que incursionamos en la apasionante profesión del Periodismo: Ortografía Básica, Patología del Periodismo, entre otros.
Un recuerdo más de nuestro Maestro, es que fue uno de los decanos más destacados del Colegio de Periodistas de La Libertad, pues gracias a su capacidad y a sus grandes interrelaciones; hizo que la Municipalidad de Trujillo done un terreno para edificar el Local Institucional que esta ubicado en la Urbanización Miraflores. A pesar del corto periodo, logro beneficios de satisfacción personal, mas que material; nombrar cada una de sus virtudes y logros no es algo vano, más bien lo considero una buena manera de dar a conocer el buen ejemplo que debemos seguir.
Ahora su cuerpo físico yace en el cementerio de Miraflores y su espíritu donde el Señor lo dispuso.
Yo no conocí personalmente al doctor y maestro, pero cuando supe de tan sentida noticia me interese por conocer ¿Quién fue?
Algo del sepelio que nunca olvidare fue el valor de su hija al expresarse ante el féretro: “Mi padre descansa en paz y eso me hace feliz, pues antes de morir dijo: En esta tierra cumplí y ahora me llama el de arriba, pues también tengo que cumplir”. Palabras que fueron tan penetrantes y son de cumplir una misión en este mundo que también algún día dejaremos.

jueves, 24 de mayo de 2007

"TERRITORIO COMANCHE"

Si bien es cierto que los países poderosos buscan el poder territorial a través de guerras, masacre, atentados, etc; nosotros no conoceríamos de éstas sin antes haber estado en el lugar de los hechos o haberlos observado a través de la televisión, donde el reportero cumple una buena función siendo uno más de los soldados, con su única arma: la Betacam.

En esta primera parte de “Territorio Comanche”, Arturo Pérez Reverte (autor) muestra claramente el panorama del reportero profesional y amante de su vocación que se involucra en la guerra de la ex Yugoslavia, enfrentando la visión más real de los acontecimientos.

Nos redacta paso a paso los momentos vividos de estos dos compañeros reporteros que con experiencia en otras guerras viven una más en sus vidas. Ellos cuentan sus emociones, sus sentimientos, sus miedos, sus logros durante y después de grabar una guerra, pero esencialmente realzan el tema de amistad. Sienten la aventura y el peligro desde muy jóvenes con el esfuerzo y la dedicación que debe tener presente un profesional en su carrera.

El reportero tiene acostumbrado a tomar las imágenes crudas y frías que, aunque son necesarias, de alguna manera u otra, se tomará conciencia en la matanza de tropas que están al mando de sus jefes que “no mueven ni un dedo” en las guerras pero de lo contrario se llevan las condecoraciones del caso, como si hubiesen arriesgado sus vidas en el terreno dejando de lado a los verdaderos héroes guerrilleros. Esto no quiere decir que esté a favor de las guerras; pero, según mi parecer, las imágenes por más fuertes que sean no tienen por qué revelarlas, mucho menos burlarse de los cadáveres llamándolos “sexsymbol”, por más historia que sea parece una falta de respeto hacia la familia de los difuntos.

La novela se centra en una simple anécdota: el joven reportero de la cámara quiere grabar la voladura de un puente, y se teme que los maten en el intento; así, nos vamos enterando de cómo es la vida del periodista de guerra, de cómo son las guerras detrás de las cámaras, y de las historias crueles que se van mencionando en el transcurso de la obra. También es bueno resaltar los recuerdos de dos compañeros que han pisado tantos muertos como países en conflicto. Las narraciones específicas de los muertos se repiten, y entre más crudas son para el lector, más indiferentes son para los protagonistas, para quienes su mayor preocupación es que la noticia se cubra a tiempo para la transmisión del noticiero a pesar de las bombas y los muertos que se encuentran al paso. En “Territorio Comanche”, el periodista arriesga su vida por una buena toma y por una historia que la acompañe.

La historia del autor coincide exactamente con nuestra realidad, muchos de los reporteros salen a cubrir la información completa y exacta arriesgando sus vidas exponiéndose a un bang-bang de quien sabe dónde y cuándo caerá. El lenguaje en su narración es claro y preciso, entendible para una mejor comprensión de los hechos escritos. El humor, referido a los muertos, es un poco burlón, que especialmente no fue de mi agrado.

Pérez Reverte, un hombre que fue durante muchos años reportero de guerra. Valiente como pocos, capaz de arriesgar su vida con el fin de emitir la noticia y la información a la ciudadanía, su fiel reflejo se muestra en “Territorio Comanche” que aquí se comenta.

Es posible que tras leer este libro más de uno se de cuenta del inmenso valor del trabajo que estos profesionales realizan en los frentes de batalla. Frentes en los que no fueron invitación, pero en los que muchas veces dejan sus vidas y todo por ofrecer siempre la noticia allá donde esté, sin importar los riesgos que se corren por obtenerla.

Particularmente estas primeras páginas de Arturo Pérez, causó en mí una sensación de admiración en los personajes de la obra, pues hay que ser muy valientes para ir hacia el lugar de batalla donde muchas veces es difícil que sobrevivas, donde muchas veces tienes que armarte de valor y no salir corriendo al primer sonido de disparo. “Territorio Comanche” es una historia única.

EDUARDO QUIRÓS SÁNCHEZ: "UN MAESTRO DE MAESTROS"

Eran las 10 de la mañana del día sábado, cuando escuché en la radio una noticia lamentable para la sociedad liberteña. Mencionaban que un señor de nombre Eduardo Quirós Sánchez había fallecido. Para ser sincera poca importancia le tome, ya que no sabía quién era.

El lunes en horas de clase, el profesor dejó un trabajo acerca de un hombre intachable, un maestro de maestros que concluía su misión en nuestro espacio terrenal. A sus 85 años, él había sido fundador y Decano del Colegio de Periodistas del Perú filial La Libertad, en el período 1991-1992, y en donde le brindarían el último adiós para partir al cementerio de Miraflores.

Emocionada por saber de él, me trasladé al Colegio de Periodistas, encontrando grandes profesionales de antaño. Sus rostros tristes ingresaban para esperar el cuerpo sin vida del amigo y colega que siempre admiraron por su capacidad de enseñanza y sacrificio en su profesión. Las horas transcurrían mientras yo conversaba con diferentes personajes que conocieron a Eduardo Quirós como colega, amigo y padre responsable, dejando muy en alto el nombre de su familia. Ellos contaban anécdotas vividas con él, recuerdos que nunca olvidarán y enseñanzas que siempre ejercerán. Todos de un modo u otro simplemente decían: “Eduardo es un maestro de maestros”.

Sus amigos lo llamaban “Chino” Quirós o “flaco” Quirós, que como buen católico supo perdonar a quién fuera un amigo de la familia pocos días antes de partir; además de ello, y para sorpresa mía, me contaron que impartió clase estando hospitalizado a sus alumnos de la Universidad Particular Antenor Orrego del cuál fue Decano de la Facultad de Comunicaciones.
Aunque no haya visto ni leído sus obras, sus allegados narraron que fue escritor y poeta, habiendo trabajado en el “Liberal”, “La Nación” y en el programa “La Voz de la Calle”.

Con las anécdotas y los recuerdos de éste ilustre personaje, la nostalgia fue desagarrando mi ser, mis ojos se enrojecieron tratando de expresar mi pena y los por qué flotaban en mi mente: ¿Por qué no tuve la dicha de haberlo conocido en vida? ¿Por qué no le hice una entrevista? y sobretodo ¿Por qué el Dios nos quita a las personas más queridas?

Una voz a lo lejos decía “ya están aquí” y corriendo salí a recibirlo. Un nudo en mi garganta me impedía hablar; ahí, frente a su féretro observaba detenidamente como ingresaba en el recinto que con sus propias manos edificó. Los familiares, amigos, colegas, alumnos y periodistas se involucraron rápidamente en el lugar para homenajear y darle un último adiós.

Rápidamente encendí mi reportera en el momento que el actual Decano del Colegio de Periodistas expresaba con nostalgia la labor en vida del maestro el cual “es un ejemplo a seguir”. Cada vez más me llenaba de orgullo aquella persona que todos admiran y seguirán admirando. Pasado este momento prosiguió el Primer Vicedecano del Colegio de Periodistas, Dr. Víctor García Zavaleta que en su momento dejó mostrar sus sentimientos al pronunciar palabras entre cortadas acerca del hombre que trabajó con él una y otra vez sin descansar, pues para Quirós el trabajo nunca terminaba.

El homenaje concluyó con las palabras de su hija Marcia. Su dolor, se reflejó en todo momento teniendo presente la calidad de padre que lleva Dios a su lado; así, partieron hacia el cementerio.

Sus colegas periodistas lo recordarán siempre con esta frase: “Este es mi mundo, la razón de mi vida y sólo lo dejaré cuando las fuerzas ya no me acompañen”.

miércoles, 23 de mayo de 2007

ºº* Entre el cielo y la tierra*ºº

Recordar es volver a vivir, es sentir los momentos de alegría y tristeza que compartimos con aquellos que queremos; recordar, es echarle un vistazo a lo que un día fue y sigue siendo.

Eran aproximadamente las 2 de la tarde. Sentada en una silla de plástico blanca, al lado de una distinguida señora, observé como un muchacho de lentes conversaba con otro cerca de la mesa donde me encontraba. Se sentó, nos saludamos y el silencio imperó.

Se trataba de mi compañero de prácticas, egresado de la UPAO, aquel que, días antes, al recibir la noticia del fallecimiento de un notable periodista, en la charla nocturna de nuestro curso policial , salió con mucho apuro, con la cabeza agacha y la mano derecha en la barbilla.

¿Por qué saliste con tanto apremio el viernes en la noche?- le pregunté. “Es que él era un gran profesor, a pesar de ser estricto tenía un inconfundible gracejo de hombre perfectible, era un buen consejero”- me contestó taciturnamente. Muy extrañada le pregunte a quién se refería y con sorpresa me respondió con otra pregunta- ¿Conociste a Eduardo Quirós Sánchez?.

En ese instante me sentí avergonzada y desafortunada, no pensé que se trataba de un insigne maestro del periodismo liberteño, de aquel hombre que llenó páginas en los diarios, a quien le debemos respeto y agradecimiento. Miré a mi costado y me choqué con la mirada de la distinguida señora. ¿Usted también conoció a Eduardo Quirós?- le pregunté. Me miró de nuevo, pero esta vez fijamente, y con voz firme me dijo- “claro, él fue mi profesor de Historia del Periodismo en el Instituto Carlos Uceda Meza”. Me interesó su estado de ánimo, su postura, y en seguida le pregunté cómo era él, Mercedes Orduña, porque ese es el nombre de la dama, no titubeó en decirme -“su rostro inspiraba responsabilidad. Era un excelente profesional, le gustaba que leamos y participemos en su clase”- mientras me lo decía sus manos no dejaban de moverse y sus ojos claros no paraban de recorrer los extremos del restaurante, donde, por designios de la vida, nos encontrábamos.

Los recuerdos que invadieron las mentes de estos dos testigos de las lecciones del “profesor Quirós”, son muestra de lo efímero que puede ser a veces la vida y el accionar comprometido de algunos hombres, como él, que dejó, no sólo el recuerdo de su verbo profesional, sino la más grata enseñanza de persecución por la entelequia y ese afán anafórico en la formación de excelentes comunicadores sociales con una carta de presentación ortográfica alentadora a la cultura de la sociedad.

A sus 84 años nos dejó de herencia sus producciones de redacción y comunicación, su experiencia como Past Decano del Colegio de Periodistas, sus anécdotas como integrante de grupos literarios, su estilo como sensible escritor; y, sobre todo, como ese valeroso profesor, paradigma de muchos, en las distintas universidades e institutos de nuestra ciudad.

Hoy, es más que un recuerdo, es un ejemplo. Un andoba, que plasmó sus valiosas frases en los corazones y mentes de quien, alguna vez, conversó con él; de quienes ahora, serán sus heraldos entre el cielo y la tierra, los que sintieron fastidio por sus exigencias y los que comprendieron sus invitaciones a ser un aprendiz a largo plazo.

Su tumba ha quedado llena de flores, que no sólo colorean el recinto donde descansa su cuerpo, sino, que guardan cada uno de los pensamientos de los que admiraron ese donaire e intelectualidad del maestro, ese “gracias”, que, aunque con minúsculas, encierra el más sincero y bello de los regalos.

miércoles, 2 de mayo de 2007

PERIODISMO Y LITERATURA EN TRUJILLO: SIMBOSIS Y ARMONIA.

Por muchos años el periodismo en Trujillo estuvo ligado a la literatura, empleando para ello un lenguaje que hace gala de técnica propias de la literatura. Esta belleza sintáctica se logro gracias a que la prensa fue recipiente de la creatividad de los escritores literarios. Actualmente se habla de un periodismo cuyo mensaje debería ser, como el producto literario, una obra de arte.

Desde sus inicios existió un correlato natural entre la literatura y el periodismo. Escritores como Hipólito Unanue y José Faustino Sánchez Carrión, informaban sobre la revolución en paginas del diario “El Mercurio Peruano” en Lima y “El Nuevo Día del Perú”. Con un estilo propio de la literatura, no dejando por ello de ser su pluma consiente y bello a la vez.

Ya no se considera un crimen que el escritor literario busque en la realidad la fuente de su verosimilitud, y que el periodismo a su vez, por el contenido de mensajes emplee técnicas propias de la literatura.


élites literarias que surgieron en Trujillo se manifestaron a través de medios de prensa. Su función principal, fue difundir y comentar las diversas formas de ver la realidad, de tal manera que faciliten su receptibilidad por el contenido de mensajes estéticos.

En nuestra ciudad surgieron grupos como “Primavera”, “Trujillo”, “Cuadernos Trimestrales”, “Peña del Mar”, “Trilce”, y “Aramauta”, aunque no fueron los únicos en Trujillo. Estos grupos fundaron diarios, que a través del tiempo se convirtieron en informativos de acontecimientos políticos, institucionales y sociales de actualidad. Su propósito principal era difundir la producción literaria de sus integrantes al tiempo que se convertían en los principales informativos de la actividad cultural peruana.


El grupo “Primavera”, de Celso Márquez y Raúl Haya Cárdenas, tuvo mucha acogida en la prensa local y foránea. Con fines de ampliar su ámbito difusor, mantuvo un fecundo intercambio con publicaciones especializadas de Lima y en el extranjero. Su aparición en la Guerra del Pacífico permitió que algunos de sus integrantes cumplieran un rol protagónico que signo su espíritu patriótico.

“Cuadernos Trimestrales” cumplió una eficiente labor difusora del arte y la poesía.
Marco Antonio Corcuera, su director, tuvo un sobresaliente liderazgo cultural. Aunque en estricto nunca fue periodista, se convirtió en un hombre de prensa especializado y excelente promotor de cultura.


Hacia 1915, surgió el ”Grupo Norte”, que reunía a un conjunto homogéneo y afín de jóvenes intelectuales y artistas exitosos. Entre ellos: Antenor Orrego, Alcides Espelucín, Cesar Vallejo, Víctor Raúl Haya Torre y Macedonio de la Torre. Después se irían agregando elementos más jóvenes como Ciro Alegría, Luis Valle Goicochea, entre otros.

“Vivíamos, como recuerda el mismo Orrego en uno de sus libros, una vida mental realmente noble y superior, mentes lúcidas y curiosas todas, cada una aportaba un alcance y una luz nuevos. Así nos reeducamos y nos adueñamos de las disciplinas espirituales que la escuela y la universidad no nos supieron dar. Así se explica que sin cultura previa y sin maestros, pudiéramos vivir al día con el pensamiento contemporáneo más avanzado”.

“Peña del mar reunió a un grupo de jóvenes que lejos de ambicionar fama o protagonismo alguno (el sentimiento de la publicidad por aquellos días todavía estaba en pañales), se interesaba en equiparar sus sentimientos solidarios entre si, por que creía más en la estética del corazón que
de la cabeza.

Manuel Jesús Orbegozo Hernández, portaestandarte del grupo, se afincó posteriormente en el diario “El Liberal”, para practicar la literatura con el pretexto de ejercer e periodismo. Recuerda que un día convocó a los bisoños periodistas, entonces artesanos de la palabra a su casa del balneario de Buenos Aires, y propuso oficializar el grupo bajo la égida de la libre expresión de la palabra, del sentimiento, de la alegría juvenil, ya sea en prosa o en verso. Alvarado Nuñez, que ya los había alentado desde el diario La Nación, encomendó a Manuel Jesús Orbegozo la página cultural del nuevo diario que funcionaba en el Jirón Estete.

Desde entonces, creaciones de los paradigmas del grupo y sus integrantes fueron apareciendo en letras de molde.

Alejandro Romualdo Valle saltó a la palestra con su poesía contestaría, ganándose la admiración del grupo; con su mentor y Antonio Fernández Arce, alcanzaron el nombramiento denominado “Botón de Oro”, como primer premio en los concursos literarios de la primavera de Trujillo.

El mundo literario vivo de ellos no iba más allá de los profesores San Juanistas de Literatura, Francisco Sandoval u Horacio Alva. Los muertos divinos eran, para muchos de ellos, los lejanos Ruben Darío, Herrera y Reisig, José Santos Chocano.

El grupo “Trilce” fue en 1958 creado por iniciativa del profesor de literatura ascopano Teodoro Rivero Ayllon; el poeta otuzcano Juan Paredes Carbonel; y el caricaturista trujillano Manlio Holguín Gómez. Casi de inmediato, al engrosar su membresía el grupo anido en la redacción del diario Aprista Norte, dirigido por el poeta cajamarquino Julio Garrido Malaver.

Las puertas de Trilce se abrieron para la generación de artistas jóvenes del momento, entre ellos algunos marxistas y admiradores de la Revolución Cubana que todavía no alcanzaba el decenio y exportaba hacia la juventud su epopeya de sierra maestra, entre estos últimos estuvieron el hoy consagrado novelista patacino Juan Morillo Ganoza y el ensayista sullanense Juan Vicente Requejo Rodríguez.

A toda esta constelación de escritores de la Universidad Nacional de Trujillo se sumaron las universidades privadas Antenor Orrego, Privada del Norte, Cesar Vallejo, y la Católica recientemente.

En la actualidad (cuando en el país estos centros de estudios ya pasan del centenar como consecuencia de la conversión de servicio educativo en una lucrativa empresa comercial, la capital liberteña también cuenta con filiales de la Universidad Alas Peruanas, San Pedro y Los Angeles de Chimbote.

Estas espontáneas agrupaciones, casi sin paradigmas, tuvieron que remar en medio de ---una tecnología deshumanizante.

De allí independientemente de la estatura alcanzada o por alcanzar, agrupaciones El Grupo Arte Trujillo, Continente, RunaKay, Nuevo Amanecer, Greda y Papel de Viento lograron justo reconocimiento en el parnaso literario e internacional.

Finalmente, debemos señalar que por ese machismo cerril e inefable antaño en la precaria institucionalidad peruana, las mujeres soportan una crónica marginación en la literatura, ello ha producido actos reinvindicativos como la creación de exitosas agrupaciones lideradas hoy por mujeres.